
Mallorca a través de sus sabores más auténticos.
Platos frescos, ingredientes de temporada y una terraza entre olivos centenarios que invita a quedarse. Un restaurante donde el kilómetro cero es clave.
Los vinos propios de la finca y el canto de los pájaros acompañan en Jacaranda, donde el ritmo pausado y la naturaleza crean el marco perfecto para degustar todo lo que la isla ofrece.
Los martes y jueves, cenas especiales con música en directo.